La principal forma de mercurio detectada en el agua es la inorgánica, mientras que la forma orgánica se encuentra probablemente en el pescado. Sin embargo, el mercurio orgánico se ha encontrado más recientemente en muchas aguas subterráneas y aguas superficiales contaminadas, como en Estados Unidos, Canadá, China, Ghana, Venezuela, India, Japón y Suecia, entre otros. (La forma orgánica del mercurio, el metilmercurio, es extremadamente tóxica. El metilmercurio puede producirse por la acción de bacterias que viven en los sistemas acuáticos, especialmente en condiciones anaeróbicas en los sedimentos).
En muchas regiones, se sabe poco sobre la presencia real de mercurio orgánico en el agua de consumo debido a las dificultades de las pruebas de laboratorio y a la falta de estudios más específicos.
Existen principalmente cuatro procesos que pueden utilizarse para reducir el mercurio del agua: coagulación seguida de filtración, ablandamiento con cal, carbón activado y ósmosis inversa.
El carbón activado es eficaz para eliminar el mercurio, pero no se puede producir localmente. Una alternativa al carbón activado es el biocarbón, que también tiene un gran efecto adsorbente y puede ser tan eficaz como el carbón activado.
Para más información sobre cómo producir biocarbón y la eficacia en la eliminación de contaminantes inorgánicos y orgánicos, vea el seminario web (en inglés) con Josh Kearns organizado por CAWST
A nivel doméstico, la opción más adecuada para tratar la contaminación por mercurio en el agua de consumo sería: la coagulación (con sulfato férrico o alumbre), el proceso de filtración con biochar y el uso de cal. De estas tres opciones, el carbón activado ha obtenido grandes resultados.